miércoles, 31 de enero de 2024

                                     CRONICA XVI CICLO ÓRGANO DE LARRAGA

Todo transcurrió como se esperaba. El XVI Ciclo de Órgano de Larraga llegó a su fin con el mismo ambiente de asistencia y calidad musical con el que empezó a comienzos de la segunda quincena de agosto. El órgano ibérico de Larraga ofrece muchas posibilidades de uso a los Concertistas y estos consiguen sacar el máximo provecho. La Asociación Musical Diego Gómez lo sabe, por esto, intenta traer siempre a interpretes de primera línea, profesionales que nunca dejan de dar conciertos en el ámbito nacional e internacional. Esto es importante.

Por tanto, si alguna conclusión general podemos sacar al finalizar el Ciclo es la gran calidad musical que nos han ofrecido los Organistas en los cuatro conciertos. Demostráron un profundo conocimiento del instrumento y presentáron unos programas perfectamente adaptados al órgano ibérico.


El numeroso público que asistió a los cociertos disfrutó de la música ofrecida, a tenor de los comentarios, opiniones que se iban oyendo sobre todo a nivel local: “cómo manejaban los registros”, la sonoridad que creaban” o pasar en la misma partitura de un estilo suave a crear una fuerza musical, a través de la tubería externa, que resonaba por todo el recinto. Lo vimos en la obra de Antonio Valente, interpretada por Daniel Oyarzabal. Algo espectacular.

Hemos asistido, como siempre, a dos conciertos para órgano sólo y otros dos concientos de órgano combinado con otros instrumentos, clarinete y soprano, por un lado y órgano y violín, por otro. Música muy variada por los distintos formatos programados, compuesta desde el siglo XVI hasta nuestros días y que fue del agrado del público asistente.

A modo de ejemplo, muy esperado fue el primer concierto interpretado por el organista emérito del Papa, Juan Paradell, que nos ofreció un recital exquisito debido, en mi opinión, al programa presentado. Obras de Corrette, alternando los dos teclados, con una melodía bonita, estribillo pegadizo que dejó transcurrir a lo largo de toda la partitura, por un lado. Por otro lado, la utilización de la tubería externa, incluido el fagot, registro que da mucho juego a la melodía con su especial sonido, consiguiendo sonidos muy limpios y brillantes. Cabanilles, Torres, Provesi y el Magnificat de Jesús M.ª Muneta que no pasó desapercibido.

Del mismo modo, el Trío de cámara presentó un programa muy vistoso, a gusto del público, en mi opinión. Sorprendió el sólo de clarinete de la zarzuela navarra “El molinero de Subiza”, de Oudrid, interpretado magistralmente por Antonio Serrano. De la misma manera, fue interpretado de forma espectacular “El pastor sobre la Roca”, de Shubert, obra compuesta específicamente para soprano, clarinete y órgano o piano. “Amor y olvido”, romanza popular, con tintes de zarzuela y el “Ave verum” de Dubois, entre otras, dejáron muy buen sabor de boca en el público, que dejó claro el gusto por la voz.

También Enrique Martinez Laguna, buen conocedor de los órganos ibéricos y Daniel Oyarzabal, con un curriculum espectacular, acompañado de Mirian Hontana con el violín, ofrecieron sendos conciertos de gran altura, con obras amenas, que van desde el renacimienrto al barroco, Vivaldi y Bach.

Como novedades y con motivo del traslado del “Fondo Musical” de nuestro director técnico don Jesús M.ª Muneta Martinez de Morentin al Archivo Real de Navarra y en agradecimiento a su labor musical de toda una vida, la Asociación Musical Diego Gómez y el Ayutamiento de Larraga preparáron, de incognito, un sencillo reconocimiento que se celebró al finalizar el cuarto concierto, como cierre del XVI Ciclo de Órgano Diego Gómez.

El homenaje consistió en la entrega de un ramo de flores y la lectura de un Manifiesto que recorrió, muy brevemente, toda su vida musical. Los interpretes del cuarto concierto, Daniel Oyarzabal y la violinista Mirian Hontana, se unieron al acto interpretando, en su honor, un movimiento de “la primavera”, de Vivaldi.

También, en el segundo concierto interpretado por el Trío de Cámara Álvaro Cia al órgano, Antonio Serrano con el clarinete y la soprano Elena Miró, quisieron reconocer la gran labor musical de Jesús M.ª Muneta, interpretando, fuera de programa y de incognito también, una de sus obras más queridas y conocidas en Teruel y Aragón, como es el “Himno a los amantes de Teruel.

El éxito en ambos casos fue abrumador y muy emotivo para el homenajeado que desconocía ambos eventos.

Alejandro Ibáñez

Secretario de la Asociación Diego Gómez


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