XV
CICLO DE ÓRGANO DIEGO GÓMEZ 2022
CRÓNICA
GENERAL
Tal
como esperabamos, el presente año 2022, prácticamente libre de
covid, sin restricciones sanitarias, hemos celebrado el XV Ciclo de
Órgano Diego Gómez de Larraga. Un Ciclo que se resume en dos
frases: su alta calidad musical y gran afluencia de público.
Como
de costumbre, el Ciclo
ha consistido, en la celebración de cuatro conciertos, dos para
órgano sólo y otros dos de música de cámara (Órgano y Cuarteto
de cuerda y órgano y cello).
Concertistas
Navarros como Carlos Navascués, Javier Navascués, Daniel Ibáñez y
Gonzalo Caballero (ha desarrollado toda su vida profesional en
Pamplona), y de otras Comunidades: Estaban Elizondo Iriarte y Javier
Artigas Pina. Solamente hace falta leer los curriculums de todos
ellos para
comprobar que se trata de Concertistas de primera línea, con muchos
años de experiencia, ya consagrados en el mundo musical.
Los
programas que presentaron fueron acertados y serios, una programación
que incluía obras que van desde el Renacimiento hasta hoy día. Esto
siempre es así, sin embargo, a
mí me pareció una programación distinta en la elección de
composiciones y Compositores que, en general, no habíamos escuchado
y que al público gustó, a tenor de los agradecimientos en aplausos
que recibieron los Concertistas.
Carlos
y Javier Navascués ofrecieron un concierto brillante. En los
ensayos, les ví preparar las obras con sumo cuidado y rigor, en la
elección de registros, su manejo, fundamental para conseguir las
mejores sonoridades en el uso de los mismos y, así. sacar el máximo
rendimiento al órgano. A mí entender, esto
es clave y válido para todos los Concertistas, sea el programa que
sea.
Carlos y Javier lo consiguieron.
Como
ejemplos, el concierto arrancó con un movimiento suave en el teclado
romántico, de la Sonata en mi menor de Jaccini, para culminar con un
movimiento presto, más alegre, alternando los dos treclados, a modo
de Zarabanda.
Muy
curiosa, en mí opinión, fue la interpretación de la partitura
“Pequeña suite para mostrar un Órgano”, del compositor
contemporáneo Guy Bovet. La partitura muestra diferentes movimientos
cortos, en los que el Concertista va combinando distintos registros
en ambos teclados y en cada uno de los movimientos consiguiendo
bonitas sonoridades.
Muy
esperado fue el 2º concierto de Esteban Elizondo que cosechó un
gran éxito. Con un curriculum envidiable, profesor de profesores, se
le ve tocar con tranquilidad absoluta, seguro, disfrutando, haciendo
música como si nada.
Con
un programa especial, obras de Blasco de Nebra, Cabanilles, Zipoli,
Tomás Elduayen, Muneta, etc., ya en el arranque nos dejó un buen
augurio con la “batalla de Clarines”, donde sentimos una
sensación impresionante por su fuerza, belleza y solemnidad.
Conocedor
de este tipo de órgano
barroco, manejó a placer los registros en los dos teclados,
alternando de uno a otro o ambos a la vez. En este sentido,
sensacional y muy vistosa fue la interpretación de las “tres
saetas” de Tomás de Elduayen, así como la “batalla famossa”,
Anónimo del S, XVII.
Esteban
nos dio un gran concierto, caracterizado por la variedad del
programa, partituras distintas donde consiguió que disfrutáramos de
bonitas sonoridades.
El
3º concierto correspondió al Cuarteto Velazquez con el organista
Gonzalo Caballero. Fue, también, un concierto muy esperado.
Intuíamos y se comentaba, que el público quería instrumentos de
cuerda y la verdad es que disfrutó enormemente. Concierto benéfico
en “Solidaridad con Ucrania”, se estrenó la obra compuesta para
tal fin por Jesús M.ª Muneta, “Por el pueblo Ucraniano que sufre
injustamente”. En consideración, la partitura fue entregada a la
secretaria
de la Asociación Alas de Ucrania, Doña Natalia Dzyudz, allí
presente. Fue un momento
muy emotivo y entrañable.
Por
lo demás, fue un concierto vistoso, de mucha altura musical, con
obras de Mozart, Eduardo Torres y Jesús M.ª Muneta.
Los
amantes de la música barroca, disfrutámos con la genial
interpretación del “Divertimento en Re M para cuarteto de cuerda”
de Mozart. Una obra que Mozart compuso en su época juvenil, por
tanto, una música limpia, alegre, llena de felicidad, como el se
sentía. Valores que se observan en el primer y segundo movimiento,
sobre todo, donde
la música parece que va penetrando dentro de cada uno,
sintiendo, tal
vez,
una sensación agradable, de calma interior, culminando con el
“presto” del tercer movimiento. La he vuelto a oír y eso es lo
que me parece. Una joya de música de cámara del genial Mozart.
Conviene
destacar, también, el “Concertado a San Miguel”, de Jesús M.ª
Muneta, obra muy conseguida, para cuarteto de cuerda y órgano sobre
todo en su estructura, a mí parecer.
La
primera parte trata de un diálogo entre el órgano y el cuarteto,
con música agradable que nos va llevando a un segundo escenario sin
darnos cuenta, donde se suceden varios movimientos, desde el punto de
vista musical y de lugar, dejando el escenario inicial: sólo de
viola, dúo violín segundo y viola, trio violines y viola y un sólo
de cello. Y en mitad de todo esto, una aria para soprano, cantada por
la chelista del Cuarteto, soprano profesional, Elena Miró que, con
una voz brillante, potente, una vocalización clara y muy bien
timbrada, causó gran admiración en el público, que lo agradeció
con fuertes aplausos. Por último, la obra termina en el escenario
inicial con la misma temática de diálogo, culminando con un final
apoteósico.
La
gran afluencia de público agradeció enormente, en pie y con bravos,
la interpretación del Cuarteto Velazquez y de Gonzalo Caballero, al
órgano, de todo el concierto.
Ya,
por último, Javier Artigas Pina, deslumbró con un programa
ambicioso, distinto también, que se caracterizó por el continuo
cambio de registros, a veces cada pocos compases, como en la
partitura “Glosando al órgano” de Jesús M.ª Muneta.
Demuestra
una rapidez asombrosa en los continuos cambios de registros, sabedor
de lo que hace, consiguiendo sonidos muy agradables. Esto es lo que
vimos nada más iniciar
el concierto con la obra “Flores de música”, con un comienzo
fuerte y brillante, pasando a sonidos más suaves en el centro de la
partitura, para culminar la interpretación de forma espectacular y
solemne, tal como la comenzó, utilizando la gran potencia del órgano
de Larraga concentrada, sobre todo, en la tubería horizontal de la
fachada. Una gran interpretación.
Quiero
destacar, también, la interpretación que hace de la “Sonata
Bíblica: “El combate entre David y Goliath”, de Johann Khnau, en
ocho movimientos. Javier Artigas va explicando el desarrollo de cada
uno de ellos, consiguiendo sonoridades muy espectaculares.
La
obra de Jesús M.ª Muneta “Glosando al Órgano”, no pasó
desapercibida. Gustó al público que lo agradeció con fuertes
aplausos.
En
resumen, ha sido un XV Ciclo 2022 que nos ha dejado muy buen sabor de
boca, sobre todo desde el punto de vista musical, música de gran
altura gracias al acierto en las programaciones presentadas, y
también desde el punto de vista de la afluencia de público que, en
general, ha sido más que aceptable.
Alejandro
Ibáñez
Secretario de la Asociación